El lobo de Bután - Actividad 9 - Nadia Birnbaun
Nadia Birnbaun
Comisión 07 - Santiago Castellano
Consigna: Ver el video "Monje - ayuda de escritorio": escribir un cuento breve o microcuento en el que aparezca un monje, un libro, que se utilice la 2° persona desde el Narrador, y se use la temporalidad y el sistema verbal en Futuro, en Imperativo o en Subjuntivo. Si se entusiasman, pueden escribir más de un microcuento.
Modalidad individual.
Primera escritura.
El lobo de Bután
5 de Diciembre de 1853.
Querido alguien:
No nos conocerás jamás, pero nosotras a ti si. Lo haremos porque estarás en nuestro lugar, él te mostrará este libro y tu encontrarás esta carta, de la que jamás puede saber. Estamos a punto de contarte tu historia y queremos advertirte que si comienzas a leerla no hay vuelta atrás, para entonces ya sabrás demasiado y tu alma de todas será la más vulnerable.
Te enamorarás, como quien se desalma por un poco de ruido en una noche opaca y desesperada que queda varada entre el silencio, y lo admirarás, con fuerzas tales que no puedas dejar de observar cómo sus ojos azules tienen ese parentesco inexplicable con el mar, porque así de hermosos son. Bailarán en lo oscuro del cielo, cuando sólo la luna sea capaz de juzgar qué tan puro sea el sentimiento que recorran tus pasos en lo profundo de la noche, lo harán porque así es como él lo hace. Sentirás un incontrolable deseo de infinitud en cada momento que te regale su mirada, querrás hacer de ella una placa pequeña a la que puedas someterte cada vez que te falte el aire, porque así es como él hace sentir. Pensarás en que son una historia de amor escrita a puño y letra por el más increíble de los románticos y pedirás, que de los finales probables y posibles, sólo elija aquel digno del aprecio que tu sientes y que crees que nadie jamás entenderá. Lo amarás con todas tus fuerzas, como si fuera imposible no hacerlo.
Querido alguien, no nos conocerás jamás, pero usarás todo lo que te hemos dicho para revertir lo que está a punto de pasar. Caminarás, en la última noche, bajo el camino empedrado de estrellas doradas. Por la izquierda, rodeando el monasterio, se verán en el bosque y te pedirá que vistas de rojo. Irás de blanco, por tu bien, irás de blanco. Una vez allí, la verás. La luna llena. Y lo verás a él, con sus ojos color mar en un cuerpo impropio. Sufrirás el instante, cumplirás la profecía, aquella que ninguna de nosotras supimos cumplir. Le dispararás con la bala de plata antes de que se abalance sobre ti y hunda sus colmillos en tu piel. Y al final, nos verás, nos verás resurgir, a todas nuestras almas en pena cobrar forma una vez más, escapar de la ceguera que produce su ser. Porque, querido alguien, no hay historia de amor, por muy hermosa que esté escrita, que merezca la muerte.
Comentarios
Publicar un comentario