De piezas coaguladas - Nadia Birnbaun - Actividad 20
Nadia Birnbaun
Comisión 07 - Santiago Castellano.
Consigna: "Leer "Del cuento breve y sus alrededores" de Cortázar y hacer una nota de lectura en la que comenten con cuáles afirmaciones sobre la escritura del cuento están de acuerdo, cuáles discutirían y por qué".
Modalidad individual.
Primera Escritura.
De piezas coaguladas
Habiendo leído "Del cuento breve y sus alrededores", que podría considerar una guía crítica de seguimiento al momento de pensar en la escritura del cuento, puedo aislar una afirmación que se reitera e intensifica a lo largo del texto: escribir un cuento es crear un mundo. Las cuestiones de su procedimiento serán desarrolladas a partir de tres posturas consecutivas: el escritor, el trabajo en sí y el lector.
¿Cómo construirlo? Cortázar nos proporciona dos herramientas de las cuales será responsable el escritor. La primera de ellas es la edificación del narrador y la medida en la cual este será más cercano al autor o a la historia. Concuerdo enteramente con él en que una elección preferencial sería de la primera persona, ya que es la más capaz de borrar la linealidad que la conecta con el escritor. Este tipo de narrador tiene la habilidad de adentrarse no sólo en el ámbito expresivo, sino que también da la posibilidad al lector de funcionar desde una perspectiva personal, como si estuviera incluido en el mismo cuento. Para la segunda me permito citar la siguiente oración, que Cortázar toma de Quiroga: "Cuenta como si el relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida en el cuento”. Una vez que tenemos nuestro narrador, debemos de seleccionar la forma en que se decide narrar. Aquí discrepo con Cortázar. Si bien es relevante que uno sea cauteloso con la información que proporciona, porque así cuida de la calidad de las emociones a producir, la información que debe de darse al lector siempre está filtrada y es, mediante ese filtro, que la incertidumbre perdura a lo largo del cuento. Si uno, en cambio, se preocupara por interesar a los demás personajes, entonces estaría dejando fuera detalles muy minuciosos que cambian el rumbo de la valoración que hace el mismo narrador.
¿A partir de qué construirlo? Cortázar bien indica que los cuentos tienen su origen en lo que denomina un "coágulo" de piezas que van descubriendo su lugar en el proceso mismo de escritura. Expresa que "lo siempre asombroso de los cuentos contra el reloj está en que potencian vertiginosamente un mínimo de elementos, (...) que pueden traducirse en un relato de proyecciones tan vastas como la más elaborada de las nouvelles". Interpretando de forma imperfecta esta noción, se diría que la elaboración se funda en el más importante de los criterios: la ambientación. Donde a partir de una idea ingenua y poco analizada se pueda generar una luz, un sonido, un presentimiento, una respiración, donde las dudas sean compartidas y se pueda sentir la ansiedad de estar viviendo la escena, entonces así se tiene un prototipo bien logrado. Se consigue "trabajando del interior hacia el exterior", dando cierres que se desenvuelven en sus propias palabras hasta cumplir con lo que Cortázar llama la esfera de completud. Además, hay un juego en la utilización de personajes y decorados con las que, para el lector ubicar su extrañeza, deben de haber sido ajenos para los mismos escritores.
¿Está logrado? En la última de las posturas hay un cuestionamiento acerca del rol comunicativo en fin. La respuesta es que no se trata de un mensaje que el escritor desea enviar ni de una devolución que el lector deba de proporcionar. El cuento no es un medio comunicativo, no es un canal de transmisión, el cuento es el mensaje. En su esfera contiene todo aquello que se eligió para ser dicho y que fue plasmado de una manera peculiar que no es otra. En él cada señal, rasgo y esquema fue elegido por sobre otro para ser recibido tal cual permanece.
En conclusión, tomo la idea de crear un mundo como "exorcisar" y salir de la comodidad de lo conocido. Perder contacto con lo factible, generar conceptos intermedios entre los dos mundos, perderse y aterrarse, pero transformar finalmente. Lo siente quien lo escribe porque se permite -o quizá no es un acto muy consciente- sumergirse en el proceso de creación de todos estos tópicos discutidos anteriormente. Es un proceso de destapar la mente y dejar volar las ideas, las experiencias, a la vida misma y a la vida que podría ser, y es entonces, solo en ese entonces, en dónde el tiempo tampoco corre y el alrededor tampoco existe, que sin darse cuenta uno termina una obra que desarmará el ambiente de un nuevo extraño y lo insertará en el mundillo que acaba de ser creado. Nadie quiere olvidarse de una buena montaña de pensamientos indescifrables, por eso los escribe.
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